Desde el origen de la humanidad, las personas son propensas a sufrir enfermedades que incluso pueden llevarlos a la muerte, por lo que desde tiempos remotos se empezó a observar el uso de varias plantas que causaban ciertos efecto tanto negativos, como positivos. Con el transcurso de los años las investigaciones fueron creciendo y fue a partir del año 1928 cuando el científico britáico Alexander Fleming descubrió la penicilina, al darse cuenta que en uno de sus experimentos estaba creciendo un moho de forma natural que atacaba y eliminaba las bacterias. La Equinácea como Antibiótico natural en la medicina natural
Este descubrimiento siguió siendo estudiado por científicos de Europa y de Estados Unidos, con la finalidad de poder comprobar que el moho podría combatir contra bacterias infeccionas. Realizaron estudios en animales y finalmente en humanos y se percataron del gran beneficio que este generaba, pues tiempo después empezó la ya conocida era de los antibióticos. En esta era, el uso de la penicilina empezó a salvar muchas vidas e infecciones graves, es por ello que su uso en la Segunda Guerra Mundial es muy significativo.
Desde entonces, el uso de antibióticos ha crecido exponencialmente y a la fecha podemos encontrar gran variedad de los mismo, con los cuales se logran salvar vidas, prolongando significativamente la esperanza de vida de la humanidad.
¿Estamos abusando de los antibióticos?
Los medicamentos utilizados para tratar enfermedades, como antibióticos, antivíricos y los antifúngicos, son concidedaros como “antimicrobianos”, pero ¿qué está pasando realmente con ellos?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que la llamada “Resistencia a los antimocrobianos (RAM) se origina cuando las bacterias, virus, hongos y parásitos que causan enfermedades, van mutando con el tiempo, por lo que llega un momento en el que los medicamentos dejan de ser eficientes para el tratamiendo de infecciones y las enfermedades se vuelven más difíciles o imposibles de tratar.
Lo anterior, es considerado un grave problema de salud pública que va creciendo cada vez más, debido a una mala regularización de medicamentos, a una prescripción inadecuada, a la automedicación, entre otros. Sin embargo, dentro de la medicina natural se cuenta con muchas sustancias y plantas para combatir infecciones que no modifican la microflora bacteriana con el añadido de que no agravan más el problema de las resitencias bacterianas. Por ejemplo: Plantas de la especie “Equinácea”.
¿Qué es la Echinacea?
La equinácea es una planta originaria de América del Norte y fue empleada por los indígenas de esta región para tratar varios tipos de padecimientos infecciosos. La primera evidencia de su uso se remonta al siglo XVIII. La Equinácea tiene por lo menos 2 especies más conocidas: Equinácea purpúrea y Equinácea angustifolia.
La Equinácea angustifolia además de su actividad antiviral y antibacteriana, debuta con una importante actividad inhibidora de las defensas de las bacterias, lo que hace que los antibióticos funcionen mejor. Otros efectos no tan conocidos son efecto antiinflamatorio y puede funcionar también como cicatrizante.
Además, ensayos clínicos sobre la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas han demostrado la eficacia de la Equinácea como planta modificadora del sistema inmune, capaz de disminuir la gravedad y duración de los síntomas del resfriado común, empleandose como una alternativa real en el tratamiento de este tipo de infecciones, con la gran ventaja de su excelente tolerancia que puede incluir su uso en mujeres embarazadas, siempre y cuando se supervise con un profesional de la salud.
Finalmente, la Equinácea es una excelente alternativa para el uso de antibioticos, ya sea sola o en conjunto, esta posee grandes beneficios para diferentes afecciones del organismo.
¿Has probado ya la Equinácea como alternativa de antibiótico natural?