¿Por qué son importantes los lactobacilos?
Los Lactobacilos forman parte de nuestra flora intestinal y contribuyen a su equilibrio. Los lactobacilos y otras bacterias intestinales viven en simbiosis dentro de los intestinos, son capaces de digerir ciertos alimentos por nosotros para que podamos absorberlos, la presencia de bacterias no patógenas (que no causan enfermedades) permite ralentizar o bloquear el desarrollo de bacterias patógenas, pero también limitar su paso por la sangre reforzando la pared de nuestro tubo digestivo.
Según el tipo de microorganismo, los lactobacilos no tienen exactamente la misma acción. Junto con otras bacterias del tubo digestivo, tienen un efecto regulador del tránsito al prevenir ciertas diarreas, pero también el estreñimiento (básicamente al facilitar la motricidad digestiva). Los lactobacilos también se utilizan para preparaciones de alimentos fermentados, provocan la coagulación de la leche al acidificarla, luego participan en la etapa de maduración. En el pan y el vino, los lactobacilos también ejercen sus propiedades de fermentación (contribuyen a la desacidificación del vino y le dan su sabor característico). A nivel del organismo, los lactobacilos desempeñan un papel protector frente a las infecciones.
La presencia de microorganismos en el intestino se conoce desde hace más de un siglo y rápidamente se asumió que existía una simbiosis entre nuestro organismo y esta flora. Pero los medios técnicos disponibles para estudiar los detalles de esta interacción eran limitados: de hecho, solo una minoría de especies bacterianas de la microbiota intestinal pueden cultivarse fácilmente in vitro. Por lo tanto, es el desarrollo de la secuenciación de alto rendimiento de material genético lo que recientemente ha dado un nuevo impulso a esta investigación: aunque todavía imperfecto para el análisis exhaustivo de tantos genomas, algunos de los cuales aún son desconocidos, este enfoque permite obtener suficiente información sobre la composición general de una microbiota. A menudo se combina con análisis metabolómicos y lipidómicos que a su vez permiten identificar las sustancias que produce este ecosistema. Por lo tanto, los científicos ahora pueden describir cada vez con mayor precisión la naturaleza de las interacciones huésped-microbiota, las de los microorganismos entre ellos y su impacto en el funcionamiento del organismo.
Como resultado, el papel de la microbiota intestinal en nuestra salud es cada vez más conocido y reconocido. Ahora sabemos que desempeña un papel en las funciones digestivas, metabólicas, inmunitarias y neurológicas. En consecuencia, la disbiosis, es decir, la alteración cualitativa y funcional de la microbiota intestinal, es una seria pista para explicar ciertas enfermedades, en particular entre aquellas sustentadas por mecanismos autoinmunes o inflamatorios.