Hoy hablaremos sobre Radicales libres vs antioxidantes, el organismo está constantemente expuesto a los llamados radicales libres, que son moléculas que tienen un electrón desapareado o sea con una carga eléctrica que suponen un potencial peligro para el cuerpo. Los antioxidantes son el “némesis” (o quizás deba decir su “complemento”) de los radicales libres, su “truco” es que interceptan o vuelven inofensivas a estas moléculas oxidativas, digamos que equilibran esta carga eléctrica. Si los radicales libres llegaran a tomar la delantera, se habla entonces de estrés oxidativo, que puede promover reacciones de inflamación y enfermedades. El hecho de que el cuerpo entre en contacto con los radicales libres es un proceso natural y continuo porque éstos se encuentran en el aire y en la cadena alimentaria; pero también los radicales libres surgen en el propio cuerpo debido a que está en combustión constante, como por ejemplo (y lo diré de forma simplista), al “quemar” carbohidratos para producir energía.
Si oxidación es igual a combustión, entonces ¿cuál es la diferencia entre una fogata, el metabolismo de un organismo, o un auto viejo oxidándose a la intemperie? En cada uno de estos casos se transforma un compuesto por la acción oxidante, y disminuye el número de electrones en alguno de los átomos que lo componen. La diferencia fundamental seria la velocidad de esta oxidación. En una fogata dicha oxidación es violenta y extremadamente rápida, entonces por analogía lo que debemos vigilar en nuestro cuerpo es que esa “combustión” no sea demasiado rápida ni violenta.
Para evitar enfermedades, debe haber un equilibrio entre los llamados procesos pro y antioxidantes en el cuerpo. Un desequilibrio puede provocar daños en las células y en el material genético precisamente por estrés oxidativo, que puede ser causado entre otras cosas, por el sobreesfuerzo (atletas de alto rendimiento o personas que hagan mucho ejercicio sin una buena alimentación-suplementación) o por toxinas ambientales como por ejemplo el humo del cigarrillo y el alcohol.
¿Dónde se pueden encontrar los antioxidantes?
En particular, los alimentos de origen vegetal como las frutas y verduras, los productos integrales, las legumbres y los aceites vegetales y frutos secos de alta calidad son ricos en antioxidantes. Especialmente frutas y verduras de “color de semáforo” como Espinacas o Uvas (verde), Tomates, Baya (Rojo), zanahorias, manzanas (amarillo/naranja) se recomiendan. En su colorida diversidad, las verduras y las frutas ofrecen una amplia gama de sustancias con efecto antioxidante. Muchas de estas sustancias están dentro o directamente debajo de la cáscara, así que cómanse la cáscara si es posible.
Hablando de uvas, de seguro has escuchado o leído eso de que se recomienda un vaso de vino al día para proteger la salud cardiovascular. Debes de saber que uno de sus principales elementos del vino tinto es el resveratrol, un tipo de polifenol que es un grupo de compuestos que actúan como antioxidantes en el cuerpo.
Aunque aún hacen falta suficientes estudios científicos sobre los mecanismos moleculares que contribuyen a los efectos particulares observados del resveratrol, estos mecanismos son complejos e incluyen regulaciones epigenéticas. La epigenética juega un papel importante en la especificación del propósito de cada célula en el cuerpo humano. Las células del hígado y el cerebro son esencialmente las mismas, pero realizan diferentes funciones a través de la regulación epigenética. Esto significa que el resveratrol no sólo puede ayudar a eliminar de nuestros cuerpos los radicales libres dañinos que podrían causar daño celular, sino que tienen potencial benéfico como fitoterápico “antienvejecimiento” y ” antiobesidad”.